Según el Baròmetre anual de la bicicleta, el 49% de los catalanes cree que los ciclistas son respetuosos con los peatones, mientras que sólo el 34% cree que los automovilistas respetan a los ciclistas. Mas del 90% de los entrevistados (tanto a escala de Cataluña como de España) cree que las administraciones deberían fomentar el uso de la bicicleta.
Total, que aunque nos puteen con la falta de infraestructura y su nefasta calidad, obligándonos a circular entre los peatones, todavía la mayoría no ha sucumbido a odiar al ciclista. Un respiro.
Ante la pregunta: Quina creu que és la principal dificultat per desplaçar-se amb bicicleta per la ciutat?
El 66% culpa al exceso de coches y motos (ver página 99), por delante de la escasez de carriles y parkings o la abundancia de robos. Lástima que no han preguntado por la calidad de los carriles bici...
miércoles, 28 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
Lo único que mejora es la valentía del ciclista
La vida ha mejorado en los últimos 20 para quienes usamos la bicicleta en Barcelona. Por ejemplo, hace 20 años, si ibas en bicicleta por Travessera de Les Corts, no sólo te jugabas la vida sino que era frecuente que alguien dudara a gritos de tu salud mental o directamente te insultara. Ahora te sigues jugando el pellejo, pero al menos los motorizados se han habituado a nuestra presencia, y para defender tu salud mental sólo tienes que repetir de vez en cuando que no es que seas un ecologista trasnochado o que ames el deporte, sino sobretodo que la bicicleta es el transporte más rápido para moverse por Barcelona.
Entretanto, los no ciclistas nos han identificado como culpables de su menor espacio urbano. Nosotros tenemos que difundir que no, que el problema es que el propio concejal de Movilidad de Barcelona, Francesc Narváez, defiende que hacer espacio a la bicicleta equivale a pintar rayas blancas por la calzada y por las aceras: "El carril bici progresa adecuadamente", dice. Así que no os extrañe que el modelo de carril bici de la calle Urgell se expanda pese a las quejas. Como ya os escribía aquí hace unos meses, en el ayuntamiento prefieren reinventar la rueda antes que tomar un curso en Oslo. Y claro, les sale cuadrada.
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